El guitarrista oriundo de San Francisco, ingresó a Metallica en el año 1983, momento en que la banda se disponía a grabar su primer álbum de estudio Kill ‘Em All, justamente después de sacar a Dave Mustaine, quien tenía serios problemas de alcoholismo.
Con el fin de profesionalizarse, Kirk, comenzó a tomar clases de guitarra con Joe Satriani, con quien aprendió nuevas técnicas y sonidos melódicos los cuales utilizó en los siguientes álbumes de la banda.
Dentro de sus reconocimientos, se encuentra, el puesto en el «Salón de la Fama» de la revista Guitar World, otorgado el año 2002, el puesto número 11 de los mejores guitarristas de todos los tiempos según la revista Rolling Stone y entrar al salon de la fama del Rock el año 2009 con la compañía de todos sus compañeros.
